La muñeca maldita más famosa del cine de terror, Annabelle, está de regreso en un nuevo capítulo de la serie de filmes iniciados con El conjuro. La terrorífica figura de rostro espeluznante, pelos rojizos y vestido mortuorio había hecho su presentación en sociedad en el prólogo de aquella primera cinta dirigida por James Wan. El impacto de Annabelle en la audiencia fue tan grande, y su supuesta historia real tan aterradora, que rápidamente se ganó su película en solitario.
Tras descubrir su origen y ver a los primeros dueños de la muñeca, en esta tercera parte finalmente muestra cómo el matrimonio de parapsicólogos Ed y Lorraine Warren llevan el demoníaco juguete a su casa para guardarlo en una caja de cristal cerrada con llaves.
Pero, cuando Judy, hija de los Warren, su niñera y una amiga se quedan solas en dicha vivienda, deberán hacer frente a las distintas entidades que se esconden en el sótano, espectros y seres oscuros que buscan escapar y poseer nuevos cuerpos.
Sin dudas, uno de los ganchos más interesantes y atractivos que tiene esta secuela, es la presencia de Vera Farmiga y Patrick Wilson, los carismáticos actores que dan vida a Ed y Lorraine. Aunque el tiempo en pantalla de la pareja es breve, sus secuencias son intensas y creíbles.