Así surge de declaraciones formuladas por el secretario
de Energía, Darío Martínez, quien salió a rechazar que las tarifas vayan a
aumentar un 30%.
Martínez estimó entre 10% y 15% el nivel de recomposición
tarifaria para ir achicando subsidios y mejorar el escenario fiscal.
Sin embargo, a esos porcentajes habrá que sumarle otro
aumento en el Valor Agregado de Distribución (VAD), el margen de las
distribuidoras por prestar sus servicios, que lo definen las provincias.
En declaraciones radiales, Martínez aclaró que el
Gobierno nacional define el aumento estacional, pero el resto lo termina
marcando cada jurisdicción.
En Buenos Aires, el VAD representa cerca del 20% mientras
en el interior puede llegar a ser más alto, de alrededor del 40%.
Martínez aclaró que el presupuesto “no establece que las
tarifas deban subir un 30% el año que viene”.
Explicó que “el nivel de evolución debe ser por debajo de
los salarios y el presupuesto pone topes sobre la utilización de subsidios; eso
sí es una discusión de muchísimos años de la Argentina para usarlos más
eficientemente”.
Segmentación de subsidios
El Ministerio de Economía confirmó que habrá segmentación
de subsidios, pero tampoco definió tiempos, para una cuestión que ya provocó
cortocircuitos políticos con el kirchnerismo.
Martínez sostuvo que “a medida que evolucione el
bolsillo, podrá evolucionar la tarifa, pero siempre por debajo de la
inflación”.
“Este año se tomó la decisión de que aumente un dígito y
creo que el año que viene andará sólo un poco por arriba de eso, pero también
hay que ver cómo evoluciona el resto de la economía”, indicó.
En el mercado sostienen que para lograr una disminución
de los subsidios, los aumentos de tarifas deberán estar por arriba del 10%-15%
anunciado por el secretario.
También explican que el aumento en el VAD mejoraría los
balances de las distribuidoras pero no cambiaría el costo de generación
eléctrica.
Dos tercios de esa cuenta las paga el Estado y ese es el
mayor gasto, por lo que cualquier intento de disminuir subsidios tiene que atender
esa situación.
Para que en 2022 se cumpla el presupuesto, habrá que
aplicar subas, advierten en el mercado energético.
El presupuesto proyecta que la tarifa cubra un 43% de los
costos eléctricos, en lugar del 30% actual, por lo que se debería avanzar con
incrementos.
Se estima que en algunos casos esas subas rondarían el
40% o más en sectores de clase media, para llegar a las cuentas que presentó
Economía y que el kirchnerismo pretende revisar a fondo.
Lo que está claro es que cualquier plan de ajuste de
tarifas se aplicará recién después de las elecciones legislativas de noviembre.
Y que se utilizaría un esquema de segmentación, diferente
según las características de los consumidores.
“Estamos convencidos en que hay que ir hacia un esquema
de segmentación, que tiene que hacerse con un nivel de base de datos que la
estamos construyendo; hay limitaciones en cuanto a la información de AFIP que
iremos resolviendo con una legislación para avanzar en la ley”, dijo Martínez.
Aclaró también que “el ahorro de subsidios no es la única
motivación, sino la justicia en la distribución aplicada inteligentemente”.
La reducción de subsidios juega un rol central en la
negociación con el FMI, ya que Guzmán busca exhibir un sendero de baja del
déficit que permita consolidar una promesa del pago de la deuda. (DIB)